Ha pasado bastante tiempo que no me dada la oportunidad de realizar una nueva entrada en mi blog.
Se que alguien por ahí quizás me este siguiente y se alegre al ver que nuevamente estoy escribiendo (en realidad no lo creo, pero dado que no tengo pruebas que aprueben mi teoría tampoco tengo pruebas que las rechacen)
Durante todo este tiempo he visto y aprendido muchas cosas, a tal punto de poder entender al hombre más influyente de la mi historia: mi padre; lo cual sin necesidad de dar muchas teorías o conclusiones es fácil percatarse que la única forma de comprender a un padre o una madre es cuando uno también lo es; en efecto, ahora soy papá y no de uno sino de dos hermosos hijos.
Lo más importante que hasta ahora he aprendido es que no se nada, que soy un simple grano de arena en medio del Sahara y a esa dirección debe ir nuestro equilibrio de orgullo y humildad.
Cualquier evento que pase en mi vida podría ser o no por mis acciones así como por las acciones de otras personas, y ésto es un tema de largo camino. El problema no son los eventos que ocurran a mi alrededor sino la forma en que yo decido reaccionar ante ellos. Existieron violadores desde tiempos inmemoriales, asi como existieron héroes sin capa luchando por sus familias. Existieron niños hijos de la guerra que se hicieron rebeldes de bandas paramilitares, asi como soldados que decidieron proteger su nación buscando evitar que más familias viviera lo que ellos alguna vez vivieron; es decir, todo depende de la forma en que nosotros reacciones ante los eventos que esten a nuestro alrededor.
¿Porque tocar este tema? Bueno, en realidad es muy simple, ahora estoy casado (si tambien, olvidé mencionarlo antes, en estos tiempos modernos no es regla estar casado para tener hijos. Pero si, soy ahora un hombre casado y padre de dos niños), y como en todo matrimonio constantemente vivimos en conflicto de ideas, temas, controversias; gracias a Dios todo en la medida de lo sano. Es normal este tipo de situaciones dado que son dos personas con historias diferentes pretendiendo ahora vivir una sola historia.
En medio de dichas diferencias siempre siento tengo el terrible temor que durante toda mi vida me ha perturbado: tener o no tener la razón. Este hecho inevitable que siempre me causa dolores de cabeza es producto de mi autoapredizaje constante al ver cuantas personas eran increiblemente testarudas e incoscientes de sus errores sólo por creer que tienen la razón. A raíz de esto yo constantemente me pregunto, ¿Tengo la razón? ¿Estaré siendo egoísta y negligente ante la opinión de los demás?
Estas preguntas me llevaron a una conclusión algo simplista pero difícil de aceptar, soy dueño de mi mismo, mis acciones y mis emociones.
Entonces con base en eso podemos llegar a diversas conclusiones, las acciones de las personas a mi alrededor me afectan solo porque porque yo mismo permito que así sea, y por ese motivo las demás personas lo seguirán haciendo. En el momento que yo decido "aceptar" comportamiento y acciones de otras personas, las consecuencias de dichas acciones tambien deben ser aceptadas por mi.
En un ejemplo práctico, si acepto que una persona no realice una acción y considero que su negligencia es tolerable, el hecho de aceptarlo traerá consigo diversas consecuencias que debo comprender y aceptar; de lo contrario, siempre te llegarán con el mal usado refrán: "Así me conociste, así soy y no pienso cambiar".
Como resultado final de mi análisis es que por medio de mis acciones también puede afectar a quienes se encuentran a mi alrededor, es sorprendentemente efectivo. Despues de todo lo que se aplica para mi tambien le aplicará a ellos.